Lo dije, hace menos de una semana lo dije, que no quería que me vinieran con bolseras de perdón porque un rojo pendejo de repente, previa patada por el culo de Hugo, de pronto “despertaba y abría lo ojos”. Lo dije, lo dije clarito, que a mi no me vinieran con mamarrachadas de tender puentes, que si es que hay que sumar y no restar, que si pobrecitos, que son bien recibidos ¡lo dije!
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