Hace varios años existía un jueguito que enviciaba, se llamaba Los Sims, era un juego donde el jugador era más o menos un dios, estaban los personajes del juego, a los que se les daba casa, se les elegía una profesión, se les hacía buscar trabajo, entablar relaciones con otros personajes, etcétera. El caso es que cuando uno se aburría de la vida normal de los personajes, empezaba a poner la cosa creepy, y por mera diversión morbosa los ponía uno a tener relaciones extramaritales, para que se armaran las tánganas por celos, o inducía al personaje a la depresión y hasta al suicidio.
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