Opinión Respeto

Quizá sea heredado, no lo sé, pero a mi la palabra “autoridad” me da piquiña, y con ella la palabra “respeto”, no cualquier respeto, sino ese que deviene, precisamente, de la autoridad, y que sostiene en ella como un pilar inmutable, esa que se oye tanto en clichés, el respetar a alguien porque es el maestro, el padre, la madre, la directora, el policía, o porque pinta canas. En lo particular me niego, para mi el respeto es más, mucho más, que callar ante la injusticia porque “pinta canas” o simplemente porque “es el que manda”, sí, muy bien, “manda” pero… ¿por qué manda?

continuar leyendo
No sean ratas, perdonen a Hugo
Opinión No sean ratas, perdonen a Hugo

No sé si alguna vez han cazado conejos, yo no, desde luego, que no me gusta la cacería, pero dicen los entendidos que la forma correcta es usar una luz potente, se alumbra al conejo y puedes hacer con él lo que gustes, porque se queda ahí, hipnotizado mirando la luz y no huye ni se defiende. Eso me hacen pensar que la palabra “conejo” referida a una persona fácil de cazar, o de engañar, es muy apropiada.

continuar leyendo
¡Exijo ayuda al Blosodi!
Opinión ¡Exijo ayuda al Blosodi!

Sí, así mismo, les exigo, porque yo estoy en este peo por culpa de ustedes. El asunto es el siguiente, yo tengo una vecina que es chavista, y claro, no es que sea pana, pero ya saben lo que dicen “más que tu hermano, tu vecino más cercano”. En fin, esta vecina tiene un problema psicológico, porque ella es de las que no se puede sacar de la cabeza a PUDREVAL, un día me la consigo viniendo del Mercal, y botando sapos y culebras, no se le entendía mucho, pero era algo como “sosmalparidos, nojoda y uno pasando trabajo mientras dejan podrir la comida, hasta cuando tendrá uno que aguantar tanta mierda para llevarse el bocado a la boca, es que toshijue…” y yo la veo así, y claro, me preocupo por ella, así que me voy rauda y veloz a prestarle mi ayuda: “vecina ¿que me le pasa que viene así como medio brava” y me dice ella: ¡c0ñ0!

continuar leyendo
Hola, Luisa Estela
Opinión Hola, Luisa Estela

Hola Luisa Estela ¿como estás? ¿como te va en tu negocio? Bueno, espero que esté muy bien, de verdad, y con mucha salud, eso es importante, más que el dinero, la salud, porque la salud te permite hacer dinero. Aunque claro, también ayuda a hacer dinero no tener moral, pero eso es dinero malhabido, y como viene, se va. Porque la moral, Luisa Estela, es una cosa que hay que cuidar, porque se estira, al menos eso decía mi abuelita, que se empieza por robarse un bolígrafo, y como no te parece tan grave, das un paso más y te robas entonces un dinerito de la caja chica de la oficina, así vas, y cuando te vienes a dar cuenta, estás robando los dineros de todo un pueblo, o peor aún, estás robándole su libertad, ahí ayudando a tiranos a someter, discriminar, abusar, matar…

continuar leyendo
Realidad de goma
Opinión Realidad de goma

Hay algo que me asombra de algunas personas, que no son pocas, y es su capacidad de evadir la realidad de una forma que me parece ciertamente envidiable, porque eso de poder agarrar la realidad, y modelarla al antojo, no deja de tener su encanto, algo así como que uno esté cansado de caminar y pueda con el solo pensamiento abolir la ley de gravedad. Aún recuerdo las elecciones de 2006, advertí entonces, con pelos y señales, cuanto iba a pasar, dado que yo estuve presente en algunas de las reuniones políticas en aquellos días, la cosa era simple, no se iba a ganar, porque el liderazgo opositor no quería ganar, y si por cosas de la vida ganaba, lo cierto es que no tenía la intención más mínima de cobrar.

continuar leyendo
Yo soy venezolana
Opinión Yo soy venezolana

Hay una viñeta de Mafalda donde esta le dice a Felipe que es un “pìchiruchi”, Felipe le pregunta que es un “pichiruchi”, Mafalda dice que no lo sabe explicar y Felipe le responde que lo siente en el alma, pero que no puede aceptar que alguien use una palabra cuyo significado no sabe explicar, a lo que Mafalda a su vez le pregunta “¿Y que es el alma, Felipe?, Felipe, por supuesto, no sabe explicarle que es el alma, y la viñeta termina en que Mafalda se aleja diciendo: “lo dicho, Felipe es un pichiruchi”.

continuar leyendo