¿Y ahora para dónde nos vamos? / Carolina Suárez
Opinión ¿Y ahora para dónde nos vamos? / Carolina Suárez

“¿Y ahora para dónde nos vamos?” dijo mi pobre padre, de 65 años, después de haber subido su ropa y pertenencias personales a su camioneta. Una camioneta que, lejos de ser lujosa, le da más quehaceres que el servicio que le presta. Es una Bronco, año 1996. ¿Qué si puede comprarse una nueva? No. Hemos pasado los últimos 6 años pagando una hipoteca al banco, adquirida para pagar por mi vida, y luego de 72 meses, de “apretarse el cinturón” para saldar la deuda recibe este duro golpe: Le quitan el negocio familiar que data de mediados de 1800.

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Opinión Sobre el abrogatorio de R. Smith

Señor Roberto Smith, acabo de leer su propuesta publicada en Noticiero Digital. Dice usted que un abrogatorio está pletórico de ventajas, que para empezar es democrático y protagónico, y como si fuera poco, es constitucionalmente contudente. Claro, que tiene también su defectillos, como que hemos de recurrir, para ejercer el papel estelar y protagónico, a la protagonista del CNE, que a pesar de estar fofa y ser bastante lela, tiene la ventaja de colchonearse al director y ser querida del productor.

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¿Tú no aprendes, camarada?
Opinión ¿Tú no aprendes, camarada?

¡Camarada! ¿que más? Yo aquí chico, viendo las expropiaciones del Sur del Lago. Sabes, esas palabras “Sur del Lago” marcaron mi vida, porque yo me crié en Caracas, fui una niña citadina, y las palabras “Sur del Lago” para mi fueron sinónimo de vacaciones, felicidad, amigos, y calidad. Había una marca de leche que llevaba ese nombre, y ¡coño! ni te imaginas que buena era, nada que ver con esas marcas aguadas que llegaban a Caracas.

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¡Hugo vive en el corazón venezolano!
Opinión ¡Hugo vive en el corazón venezolano!

Mi padre ha tenido unos días duros, se ha tenido que ir a la zona de Barlovento, donde tiene un apartamento, a “invadir” su propio apartamento, antes que se lo invada otro. Cuando lo compró, yo tenía unos 14 años, era adolescente, y mis padres tenían una casa de campo donde me aburría terriblemente, así que mi padre optó por comprar una lancha para llevarme a la playa, la lancha terminó por generar la necesidad de una marina, y la marina, pues un sitio donde dormir.

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¡Feliz Navidad!
Opinión ¡Feliz Navidad!

Un chavista bolsa, como suelen ser todos los chavistas, ante la nostalgia que nos produce a la mayoría de los venezolanos la ausencia del espíritu navideño, porque sí, ya hemos demostrado que somos mayoría, argumenta que “¿Y como eran las navidades antes? Antes eran otros los que la pasaban mal, y de aquellos polvos, estos lodos”. Pues bien, después de decir lo básico, que es un soberano güevón, paso, porque yo soy muy educada, a contestarle como eran las navidades “antes”, como eran MIS navidades.

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El cuento del burro
Opinión El cuento del burro

Este era un pueblo campesino, la gente vivía de lo que sembraba y criaba, aunque también había unos pocos que vivían de sus oficios, también había un sastre, una costurera, un médico, una maestra y un banquero, que no sembraban ni criaban nada, pero vivían de su trabajo. Existía también un alcalde, que se dedicaba a mantener la paz, intervenía cuando había problemas de linderos, y castigaba a todo aquel que se robara una oveja o un cerdo, les obligaba a devolverlo y le dejaba detenido un tiempo como castigo.

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