Querido Oswaldo, tenía pensado escribirte un correíto, y hasta usar contactos familiares para llamarte por teléfono, pero para evitarme una decepción más, por muy esperada que sea, decidí usar esta vía. Así si no me contestas, o me contestas como hacen la mayoría de los políticos, no me molestará tanto. Tendré que comportarme, mi estilo no es tan… decente, como el que usaré en esta carta, pero mi madre te guarda mucho afecto de los tiempos de lucha juveniles que compartió contigo, y aunque uno ya es cuarentón, no quiere que la mamá lo ande regañando.
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