Opinión

¿Por qué luchan los políticos?

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Hace ya algunos años llegó a mis manos un libro de los que no suelo leer, pero yo creo que los lectores no eligen sus lecturas, sino que es el libro el que elige al lector. No sé si les ha sucedido, pero es como si el libro de alguna forma lo llamara a uno.  Este libro que les comento fue uno de esos libros que “me llamó”.

Se titula El hombre en busca de sentido y su autor fue un neurólogo y psiquiatra austríaco, de familia judía, que tenía por nombre Viktor Frankl.

En 1941 era un prestigioso neurólogo y psiquiatra, director del departamento de neurología de un hospital y recién casado, el futuro le sonreía. Un año después era un hombre desnudo, sin familia, recluido en un campo de concentración, desnudo frente a un esbirros nazi que le humillaban de todas las formas concebibles.

Cuando se vio así, reducido a la condición de animal, se hizo la gran pregunta que cambiaría su vida y la haría pasar a la historia ¿Qué sentido tiene la vida?

Se dio cuenta entonces que la diferencia entre vivir o morir no es solo la voluntad de hacer una u otra cosa porque si eliges vivir, necesitas un objetivo, una razón para vivir, para que la lucha por la vida tenga sentido.

En su caso el eligió creer que su amargo paso por ese campo de concentración tenía un sentido, hacer un estudio sobre la psiquis humana en aquellas condiciones. Así nació la logoterapia, una corriente dentro de la psicología.

Mi abuelo, que también vivió los rigores de una guerra pero era quizá menos dado a las disertaciones filosóficas, repetía siempre que “nunca soplan buenos vientos para el barco que no sabe a donde va”.

En resumen, según el Dr.  Frankl y mi abuelito, si emprendes una lucha pero no sabes cual es el objetivo de esa lucha, estas muy, pero que muy jodido.

Ahora vivimos momentos muy duros en Venezuela, tenemos un pueblo en la calle, especialmente estudiantes, pero también padre y madres de familia, trabajadores de todos los sectores, luchando y peleando como saben, protestando.

Los médicos protestan porque no tienen ni gasa para atender a su enfermos, no se quejan siquiera de los miserables sueldos que reciben, sino de la imposibilidad que les imponen para hacer lo que quieren hacer, lo que les gusta hacer, para lo que se formaron por años, curar a las personas.

Los obreros de las empresas básicas están en la calle porque las empresas no producen nada, no hay materia prima, no hay organización, se quejan de que no les dejan hacer lo que están llamados a hacer, producir.

Los campesinos han sacado sus tractores, pero no ruedan sobre tierra fértil, sino sobre duro asfalto, tan estéril como la tierra carente de semillas, fertilizantes e insumos que se requieren para producir alimentos.

Los estudiantes… son quizá el tema más doloroso, casi niños que dejaron sus aulas para protestar porque no se les permite hacer lo que deberían hacer: ser jóvenes.

Están cansados. Casados de enterrar amigos, y de despedir en aeropuertos a los que no entierran, están cansados de peregrinar por libros e implementos de estudios que no se consiguen, están cansado de comer en casa con remordimiento porque saben que para servir esa comida sus madres pasaron horas en colas. Están cansado de esconder sus celulares en interiores o sostenes, están cansado de guardar “la caleta” por si los atracan tener siquiera como volver a su casa. Están cansados de tener que andar siempre acompañados porque andar solo dentro de las mismas universidades es un riesgo. Están cansados porque ya no es ni siquiera que no tengan futuro, es que no tienen ni presente.

Las mujeres estamos hartas, hartas de las colas, hartas de no poder alimentar a nuestras familias como queremos, hartas de no poder planear algo tan simple como un arroz con pollo, porque o no hay pollo o no hay arroz, o no hay cebolla, o no hay tomate, pero siempre hay algo que no hay, cuando no es que no hay un carajo. Estamos hartas de ser “creativas”. Estamos hartas de sentir miedo de todo, hartas de que la simpleza de llevar los niños al colegio resulte algunos días como un acto de heroicidad. Hartas porque cuando el marido no llega al a hora, no piensas en amigos ni infidelidades, sino que te lo mataron, lo apresaron o lo secuestraron.

Es que hasta los niños están cansados, de no poder ir al parque, de no poder salir con los amiguitos, de tener que escuchar a cada rato que “no hay”, porque hasta conseguir un cuaderno puede representar un dilema.

Los abogados están hartos de que su conocimiento de la ley importe un carajo porque no hay ley, los técnicos y mecánicos están hartos de no conseguir repuestos.

¡Todos estamos hartos!

Y luego están los políticos que están hartos de… de… de… bueno, ellos que son los llamados a dirigir el hartazgo del resto del país, parece que no saben de que coño es que están hartos.

Así los he visto tratando de “darle contenido a la protesta” con argumentos que van desde el cierto pero insuficiente “no hay pollo”, hasta los difusos y vacíos argumentos de “democracia” y “libertad”.

Hoy veo, con estupor y… ¡sí! con que jode arrechera, que me dicen que Diosdado Cabello perdió su condición de diputado al haberse incorporado a las FFAA. Me lo dicen hoy, porque ayer  Cabello, pasándose la ley por el forro del rabo, destituyó (sin ser quien) a la Sra. María Corina Machado.

Pero resulta que hasta ayer, el hecho de que Cabello estuviera usurpando un cargo en la Asamblea Nacional importaba un soberano carajo. Vamos, que si Cabello no comete otra ilegalidad ni nos enterábamos de la primera, porque los políticos de oposición por lo visto solo se acuerdan de la ley cuando les interesa.

Y hoy, HOY, aparecen con su cara tan lavada a decir que “Cabello perdió su cargo de diputado al reincorporarse a las FFAA” ¿no les da vergüenza? ¿entonces para que carajos están ustedes? ¿puro para ver como se cuadran un curul, una alcaldía o un camburcito cualquiera? ¿a qué carajo se oponen?

Yo, como ciudadana venezolana, de una Venezuela en crisis, cuando estamos arriesgando la que no retoña, yo les exijo que digan de una buena vez ¿cual es el objetivo de ustedes?

La sociedad civil está en la calle, nosotros estamos protestando con contenido, cada quien con lo que le toca, ahora quiero saber a que mierda es que se oponen ustedes para llamarse “oposición”.

Ustedes piden calle, y en la calle estamos, los estudiantes saben por qué están en la calle, los médicos saben por qué están en la calle, los obreros, las amas de casa, los abuelos, los padres ¡todos! Todos sabemos por que estamos en la calle. Lo que no sabemos es por qué están ustedes en la calle, no que no sabemos es por qué quieren ustedes que estemos en la calle.

Para hacer lo que se supone que deberían hacer, que es defender el estado de derecho, columna vertebral de la democracia y la libertad, ya sabemos que no es, entonces ¿que hacen pidiendo calle? ¿para qué piden calle?

No se puede ejercer liderazgo cuando los liderados están más claros que los líderes ¿como pretenden llevarnos a ningún lado cuando ustedes no saben a donde carajos van?

Les voy a decir una cosa, esta gente ¡se va! Se va porque se va, porque están ahí ilegalmente y si ustedes no se aclara, ¡se van también! Porque cuando el llano coge candela, no hay palo pa’ encaramarse.