Opinión

Los ojos solo ven lo que el alma quiere ver

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Hace 54 años una paloma sería protagonista de una historia… cruel, hoy la paloma es cosa olvidada, pero cuando ya tiene muchos años de muerta, digo yo, porque no vivirán tanto las palomas, sigue viva entre papeles amarillentos y entre quienes gustamos de la historia.

Entraba Fidel en La Habana, lo esperaba la multitud, dio un discurso de esos laaaaargo y mesiánicos, el discurso de la esperanza, al fin la libertad llegaba a Cuba.  En lo más interesante del discurso, que a esas alturas más que mitin político parecía culto religioso, aparece una paloma, blanca y hermosa que se posa sobre el hombro de Fidel… la señal que faltaba.

El mensaje era claro, Dios le daba la bendición a Fidel, lo ungía como el salvador de Cuba, quien sabe si del mundo. Los cubanos estaban extasiados ante aquel mensaje místico.

Años después aquella paloma sería blanco de un sin número de chiste y hasta maldiciones ¿por qué alguien no agarraría esa paloma y la hizo sancocho antes de que se posara en el hombro del tirano?…

Y ese día el pueblo cubano fue víctima de un frase que utilizo frecuentemente: “los ojos solo ven aquello que el alma quiere ver”.

Esta semana promete, o mejor dicho, amenaza con ser intensa. Me encuentro con unos señores que dicen ser de oposición, aunque sin que quede claro a que se oponen, dicen oponerse al pensamiento único, al tiempo que te insultan por no pensar como ellos, dicen que quieren libertad, al tiempo que te niegan el derecho a ejercer la tuya, y se dicen contrarios al colectivismo, pero argumentan que tus derechos individuales deben someterse al interés del colectivo… vamos, que al final son chavistas, pero del otro lado.

Estos señores vivieron, como yo, aquella infame mesa de negociación y acuerdos, donde la sangre derramada de muchos venezolanos fue moneda de cambio para “negociar” y “acordar” con el causante de la sangre. Vivieron también cuando les mandaron a meter las firmas por el orto ante la docilidad de los que se dicen sus líderes. Vivieron la lista Tascón con la total indiferencia de sus líderes, vivieron a un Manuel Rosales que terminó aceptando una derrota cuando aún los testigos hacían auditoría, vivieron a un Capriles Radonski admitiendo la derrota cuando los votantes aún hacían cola para votar, escucharon con sus propios oídos como el amedrentamiento, la extorsión, el soborno y el uso de los recursos públicos fueron desestimados como fraude para pasar a ser reducidos a “triquiñuela”, como quien dice que matar votantes en las colas, porque eso sucedió, son “vainas de muchachos” ¡tremenduras, pues!

Aún los recuerdo mentando madres, jurando que no volvían a caer más nunca, y yo, como el poeta aquel: “yo besaba sus labios, pero no la creía” y no les creía porque igual que he visto a los líderes mentir y traicionar mil veces, los he visto a ellos caer las mismas mil veces.

Claro, me equivoqué… de medio a medio, pronostiqué unos años para que se les olvidara, pero no contaba que la frágil memoria no soportaría ni unos meses.

Hoy… me recordaron tanto a los cubanos de hace más de 50 años, hoy vieron al mismo que les hizo rabiar diciendo que no hubo fraude sino triquiñuela, al mismo que aceptó una derrota sin que los venezolanos hubieran terminado siquiera de votar, el mismo que abiertamente se burló de ellos en su cara casi que haciendo fiesta porque el tirano lo había llamado, pero todo quedó borrado, todo olvidado, y cualquier sombra desapareció cuando una blanca paloma se posó en la tarima…

¡Es la señal! No cabe duda, Dios ha hablado por medio de una paloma, una paloma lo dijo todo, no hace falta más.

Por otro lado, el otro candidato, apela a algo similar, claro, que ni es paloma ni la vio todo el mundo, y tampoco era la voz de Dios, era la voz del finado.

Ahora, no hay color con respecto a puesta en escena, porque este fue contado, no en 3D, que no tiene la misma gracia.  Un pajarito chiquitico, que según el relato volaba como un helicóptero, entró, lo vio raro, silvó, el candidato también silvó, el pajarito le dio tres vueltas y se fue. Eso quiere decir que Hugo se le apareció al candidato, le dio la bendición y salió volando.

Que vamos, tampoco lo culpo, a mí también me provoca salir volando y no me molestaría en dar las tres vuelticas.

Total, que aunque en la realidad, fácilmente constatable, no hay absolutamente nada que hable de cambios, el pueblo venezolano de uno y otro lado está convencidísimo de que algo va a cambiar, aún cuando no estamos haciendo nada distinto, esta vez los resultados será diferentes… aunque eso también se dice siempre.

Ni siquiera se han cambiado los discursos, dicen siempre lo mismo, pero tienen la virtud de hacerlos parecer siempre diferentes.

Ya luego vendrán los lamentos, las maldiciones y las promesas, jurarán que no se vuelven a dejar engañar… no se asusten señores politicastros, es paja, eso se les pasa en un ratico.

Y así pasan los años, las tiranías y los engaños, entre buche y plumas.

P.S. En el momento de redactar esto están felices porque el Papa Francisco ha dedicado un hermoso post a Venezuela con su cuenta @JMBergoglioF… no merece ni la pena comprobar si esa es la cuenta, porque ¿pa’ qué? Tampoco lo queremos saber, no interesa saber que la verdadera cuenta es @Pontifex_es… después de todo, los ojos solo ven lo que el alma quiere ver, y el alma quiere ver al Papa Francisco escribiendo que Dios tiene preparado algo bueno para Venezuela si la realidad corresponde o no con eso, importa un carajo.