Opinión

La “oposición” venezolana me pone de mala leche

Imagen principal

El día de ayer me pasó algo un poco desagradable, les cuento. Resulta que leo en un portal de noticias que en el estado Bolívar a llegado leche a un supermercado y a las personas que compran un kilo les marcan el dedo para que no vuelvan a comprar. En dos platos, los marcan como reses.

La cosa me causó indignación y así lo expresé por Twitter. Como quiera que bloqueo a cualquier chavista de mi lista de seguidores, creí que siendo su totalidad opositores todos se indignarían conmigo ante la bestial norma

¡Pues no! El primer mensaje que recibo es de una que se cree de oposición (evidentemente no lo es) y me dice que esa es una lamentable pero necesaria medida, porque hay gente que compra hasta 20 kilos de leche para especular.

Bien, le contesté, pero decidí respirar profundo y no decir nada al respecto, conté hasta diez, tragué grueso, y me dije que lo mejor era calmarse, que no sea cosa de ofender a gente con la que comparto causa.

El asunto es que hoy me levanté y la arrechera la tengo intacta, más aún, tengo que decir que con gente así no comparto causa un carajo, gente como esa son simples y llanos chavistas, eso sí, son chavistas a los que no les gusta Chávez, pero son chavistas, socialistas de lo más rancios.

Vamos a ver, si yo trabajo y me gano mi dinero para tener un buen nivel de vida ¿por que mierda no puedo yo comprarme la cantidad de leche que me salga del nabo? ¡Ah! ¡por el bien común! Y ese bien común consiste, por lo visto, en que estemos todos jodidos y no solo unos cuantos ¡eso es solidaridad! Porque para esta gente, y lo de gente es un decir, ser solidario con quien está en la cuneta es tirarse en la cuneta a hacerle compañía, pero ni de coña hacer algo por sacarlo.

Ni una palabra en contra de quien ha provocado una escasez de leche, nada, ni un pío, al contrario, a quien ha causado la escasez se le felicita por la ingeniosa y noble idea de marcar como ganado a todo aquel que tenga la osadía de hacer uso de su dinero para tener una mejor calidad de vida.

Ahora ¿hay escasez de leche? ¿acaso lluvias, terremotos o algo similar ha hecho que haya poca leche? ¡nada de eso! Al contrario, según la FAO la producción de leche este año llegará a las 724 toneladas, un 2% más que el año pasado, es decir, no solo no hay escasez, es que hay abundancia de leche en el mundo, donde no hay leche es en Venezuela ¿y porqué no hay leche? Porque tenemos un gobierno estúpido que atenta contra las reglas del mercado con regulaciones de precios, regulaciones en la adquisición de divisas, regulaciones en la comercialización, regulaciones en la importación, regulaciones en toda vaina que hacen que a pesar de la abundancia en Venezuela simple y llanamente no haya leche.

En promedio, en el mundo el litro de leche cuesta unos 90 céntimos de dólar, es decir, casi 8 Bs. En Venezuela el litro de leche cuesta 4 Bs, porque está regulado su precio. En otras palabras, si a alguien le parece buena idea traer leche, tiene que comprarla a mayor precio del que tendrá permitido venderla. Para que nos entendamos mejor, un kilo de leche en polvo cuesta unos $3,92 calculando a precio de dolar paralelo, que es el que cuenta, son Bs 33,32, pero en Venezuela hay que venderla a Bs. 20 ¿quien se mete en ese negocio?

Estos imbéciles buenistas, taaaan preocupados por el bien común ¿por qué carajo no se traen la leche a 33 y la venden a 20? ¡eso sí sería solidaridad! ¿por qué en lugar de arrugar la naricita y dárselas de moralmente superiores criticando a los que usan SU dinero para comprar la leche que les da la gana, no reclaman al gobierno nacional sus políticas hambreadoras? ¡nooooo! Es más tripa y más bonito hablar de los “abusadores que compran leche demás para especular”.

Que esa es otra, encima son adivinos, saben que la compran para especular y no para tener en su casa, como es mi caso, que el aceite, la leche y cosas similares de primera necesidad la compro por cajas cuando consigo, para mejorar mi calidad de vida y no estar peregrinando por un litro de aceite o un kilo de leche.

Pero no, los retardos chavistoides estos no solo no le reclaman nada al gobierno, sino que encima lo aplauden por cercenar el derecho de los demás de comprar lo que les provoque.

¿Que cuanto falta para salir de Hugo? ¡queeee jooooode! Por lo menos dos generaciones, y eso contando con que estos imbéciles de vocación saquen hijos con un poquito de más cabeza que la que ellos tienen.

Si una idiota como esta que les comento llegara a la presidencia ¿que haría con el tema de la leche? ¿levantaría las regulaciones para promover la producción? ¡ni por el carajo! Eso sería favorecer a los “especuladores”, porque para ellos un especulador es aquel que pretenda vender la leche a 43 porque le costó 32, no es un comerciante “solidario”, y para que sea solidario hay que obligarlo a serlo.

Pedir y llegar incluso a aplaudir que se reparta equitativamente lo poco que hay en vez de exigir que se produzca más, es repartir miseria, y a mi no me gusta repartir la miseria, me gusta repartir la abundancia, será por eso que no me gusta el socialismo.

Pero en fin, ahí tienen a su Huguito ¡gócenlo! Se lo han ganado a pulso, Hugo… ¡es como tú! Así que ¡jódete! Mámate tu escasez y sigue permitiendo que te marquen como a una vaca por un kilo de leche en polvo, lo mereces porque después de todo, eres eso ¡una vaca que están becerreando al matadero! Si te arrecha que otro compre 20 kilos de leche porque tiene dinero para hacerlo, no eres nada distinto a los chavistas que se arrechan porque alguien produce para mejorar su vida y claman por robar al rico para darle al pobre. Y eres chavista porque no clamas por tener tú la misma oportunidad, sino para que le quiten la oportunidad al que la tiene ¡eres chavista! Solo que no te gusta Chávez ¿por qué? ¡ah! Misterio, eso no lo sé, quizá porque es zambo, porque tiene verruga o porque es militar, o quizá… quizá porque él hace lo que tú quisieras hacer y no puedes.

Me perdonan si no les gustó la entrada de hoy, pero me cansé de ser políticamente correcta para “no ofender”, a mi sus necedades, sus argumentos de justa repartición de la miseria también me ofenden, y hasta hoy me lo había calado, ya me cansé, así que repartamos “justamente” mi arrechera.