Opinión

Carta abierta a Ismael Cala

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Estimado señor Cala, ante todo mis saludos y deseos de que su visita a nuestro país le haya sido grata.  Espero que no lo hayan atracado y que no se haya visto sujeto a las privaciones a las que nos vemos sometidos la mayoría de los Venezolanos.

Dicho esto, entremos en materia.  Quien le escribe no suele ver televisión más allá de series y películas, apenas veo referencias, es decir, uno que otro vídeo que me parezca interesante y nada más, razón por la cual he tenido la oportunidad de verlo dos veces, la primera en entrevista que le hizo a Juan Carlos Sosa Azpúrua, en su papel de candidato presidencial, y en el programa Buenas Noches del canal venezolano Globovisión.

Dígame algo señor Cala ¿como es el oficio de un comunicador social? ¿es simplemente opinar? ¿un periodista está para decir su opinión o para informar la realidad? Porque si es lo primero, lo hace usted maravillosamente bien, lo segundo, ya no tanto.

En el programa donde entrevistó a Sosa Azpúrua hablaba usted de la popularidad del presidente Chávez, usando para ello el “índice Twitter” y decía usted que no se puede ocultar que tiene más de dos millones de seguidores.  Totalmente cierto, pero si usted hubiese hecho un trabajo mínimamente investigativo, en la misma fuente donde consiguió la cifra de dos millones, hubiera visto que esos seguidores son, por decir lo menos, sospechosos.

Yo lo acabo de hacer, elegí a los primeros 10 seguidores de la lista, de esos 10, 6 tienen en común que no tienen avatar, no tienen seguidores y han escrito de 0 a 2 twitts.  Sabiendo esto ¿puede usted decir, sin faltar a la verdad, que Hugo Chávez tiene más de dos millones de seguidores?

En la segunda entrevista fue aún más desafortunado y la manipulación, ingenua o intencional,  de la realidad fue aún más evidente.  Primero nos habla de la libertad de expresión que usted ve en un país donde todos dicen lo que quieren, sin embargo, le pasa por encima a lo que la periodista Carla Angola le señaló tan pronto, que sí, puede usted decir cuanto quiera, y aceptar las consecuencias de eso, consecuencias que la mayoría de las veces no cabe siquiera dentro del estado de derecho.

Existen casos emblemáticos, por ejemplo, la periodista Marta Colomina, ha sido objeto de agresiones, en incluso atentados contra su vida, por hacer uso de esa libertad de expresión que usted ve tan “libre”.  No solo periodistas, en Venezuela han sido privados de libertad, y algunos enjuiciados, por emitir una opinión, valga como ejemplo el caso del Dr. Oswaldo Álvarez Paz, privado de libertad, enjuiciado y ahora sentenciado por el atroz delito de comentar un caso judicial realizado en España.

Es más, acusa usted a Globovisión de ser “canal opositor”, pero ¿se ha preguntado usted por que ese canal tiene vetada la asistencia a los actos del gobierno? ¿como pueden reseñar noticias favorables si no se les permite siquiera asistir a cubrir la noticia?

Incluso, la Comisión Internacional de los Derechos Humanos, en su informe 2011, expresó su preocupación por el “alarmante” hostigamiento al que son sometidos los periodistas venezolanos.  ¿Será que miente la CIDH, señor Cala? ¿será que también son opositores los señores de la CIDH?

Pero dice usted que todo es cuestión de opiniones, que en un restaurante se encontró a un señor cuya hija estaba feliz porque pasaría a formar parte de la Guardia Presidencial, y le decía este padre orgulloso que no creyera nada de lo que le dijeran, que el presidente había hecho mucho, y de verbigracia le tocó el tema de la vivienda, que el presidente ha construido muchísimas, pero que la necesidad es tanta que aún siendo muchas no son suficientes.

De nuevo, señor Cala ¡hechos! No opiniones,  Y los hechos dicen que hasta el año 2009, cuando el presidente tenía ya un década en el poder, se habían construido 348 mil 589 viviendas, cuando el número más bajo al respecto lo tenía el ex presidente Carlos Andrés Pérez (†), bajo cuyos cuatro años de mandato (1989 – 1993) se construyeron 305 mil 422.  El mejor logro en el tema lo ostenta el ex presidente Luis Herrera Campins (†), con 365 mil 589 viviendas en cinco años de gobierno.

Por si estos hechos fueran pocos, lo cierto es que en esos números no se contabiliza la construcción de iniciativa privada, cosa que sí se hace hoy con el presidente Hugo Chávez.

Entonces, se puede tener la opinión que se quiera, pero los hechos son los hechos, y los hechos dicen que con muchísimos más recursos por concepto de renta petrolera, el estado venezolano bajo la administración de Hugo Chávez ha construido menos viviendas que las construidas en cualquiera otra administración anterior, agravado por tener estas otras menos recursos financieros.

Hechos señor Cala, no opiniones ¡hechos! Por opinión usted puede decir que a mi no me gusta el presidente porque es de origen humilde, porque es zambo o porque me repele su verruga, pero lo cierto es que en la administración de Hugo Chávez ha desmejorado gravemente la libertad de expresión, que la independencia judicial es prácticamente inexistente al ser el 100% de los jueces nombrados a dedo y no por concurso público, que la pobreza va a en aumento, que se han construido menos viviendas, que hoy se produce en el país mucho menos que hace 13 años, que los niveles de importación han aumentado, como ha aumentado la corrupción, que los índices de crímenes violentos se han disparado, que los casos resueltos de homicidios en Venezuela rondan el 7% ¡7% señor Cala! Si usted mata a alguien en Venezuela tiene un 93% de posibilidades de quedar impune y este número en especial fue revelado en su momento por el mismísimo ministro de justicia.

Y esa no es mi opinión, esos son hechos, números, están ahí y se muestran de igual forma para mí que para usted.

Señor Cala, usted vivió y vive uno de los trances más dolorosos que puede sufrir un ser humano, la pena del extrañamiento, el verse obligado a decidir entre la vida propia o el amor a la tierra en que se nace, y en esa decisión arrancarse los años de toda una vida, separarse de la familia, de los amigos, de aquellas calles en las que apuramos los años de infancia.  Entonces señor Cala ¿por qué usted defiende para otros lo que no quiso para sí? ¿por qué emite opiniones sin anclarlas en la realidad para disculpar un régimen similar a ese del que usted salió huyendo para conseguir un mejor nivel de vida?

Para finalizar, señor Cala, le remato el tema de la libertad de expresión.  A mi me gustaría mucho enviarle esta carta y firmarla con mi nombre y apellido ¡pero no puedo! ¡no puedo, señor Cala! Porque en este país, que en su opinión todo el mundo puede decir lo que quiera, lo cierto es que por “decir lo que quiera”, más de uno ha sido privado de libertad, no solo periodistas y personalidades relevantes, sino ciudadanos de a pie, incluso, twitteros han ido presos o perseguidos por “decir lo que quieran”.  Voy a más, averigüe sobre algo llamado “lista Tascón”, averigüe como millones, sí, leyó bien, millones de venezolanos perdieron sus empleos, se les negó incluso el derecho a la salud, y se vieron sujetos a cualquier cantidad de presiones y persecuciones por el simple hecho de expresar su opinión política.

Y me despido repitiendo la pregunta inicial ¿cual es el papel de un comunicador social, señor Cala? ¿decir su opinión o mostrar la verdad?

Saludos cordiales,