A mi papá les gustan mucho los chistes del perro cobero, y cuando era niña siempre me los contaba. Hay uno que recuerdo y me daba mucha risa. Estaba el perro cobero con otros perros, hablando de su valentía para cazar leones. Sale el primer perro y regresa a las dos horas con un león, todos aplauden, sale el segundo y regresa en una hora con un león, todos aplauden, sale el tercero, y no tarda ni media hora, igual, todos aplauden y le toca el turno a perro cobero, que sale por la puerta con la firme intención de no volver. Pero el destino quiso que nada más salir se encontrara con un gran león y el león no dudó en perseguirlo, así que se devolvió donde estaban los otros perros, y sin detenerse y con el león detrás les gritó: “¡agarren este que yo voy por otro!”.
Le he sacado el cuerpo a discutir del tema de la enfermedad de Hugo, básicamente porque me ladilla enormemente y si escribo del tema no es porque me importe, sino porque le importa a gente que me importa. Pero el cuento de la enfermedad me recuerda los cuentos de perro cobero, mentiras basadas en verdades y “agarren esta mentira aquí que voy por la otra”.
En fin, a lo que vamos, la gran pregunta ¿está Hugo enfermo? A mi juicio sí, lo está, ahora ¿tiene cáncer? ¡a saber! Eso sí es un misterio, claro, que más de uno me preguntará porque alguien que tiene un enfermedad dice que tiene otra, pues por lo mismo que dijo que tenía chueca una rodilla y no era esa rodilla la chueca.
Hace un par de meses Hugo nos obsequió con una larga ausencia por una dolencia en una rodilla, específicamente la izquierda, al final que lo tuvieron que operar y ¡oh sorpresa! Aparece convaleciente con su bastoncito… ¡en la derecha! La oposición, por su parte, siempre tan pilas y poco dispuesta a dejarse engañar, no se dio cuenta, o al menos nada comentó sobre este “pequeño” detalle que al día de hoy sigue siendo un misterio, ¿por qué carajos alguien con una dolencia en la pierna izquierda usa bastón del lado derecho? Digo yo ¿lo normal no es usar el apoyo auxiliar en el lado que tiene afectado y no en el sano? Ahora le ha dado por usarlo de un lado u otro indistitamente, después que bastantes fotos y videos se le sacaron con el bastón en la derecha.
La rodilla fue el motivo de aplazar indefinidamente una gira presidencial, pero un día, de pronto y a la carrera, decide hacer la gira, una gira que no era particularmente importante, pero a la que se lleva a los ministros, a la hija, y de vaina que no se lleva el lorito. La gira no debía extenderse más allá de los 5 días, sin embargo, le pide permiso al congreso para salir por tiempo indefinido, pasándose por el fino forro de los dídimos toda disposición legal.
En fin, el hombre se va el domingo, después de un extrañamente corto “aló presidente”. Tan pronto como en la madrugada de martes para miércoles, Fidel, un viejo carcamal que difícilmente sabe donde está parado, le detecta un malestar con su ojo clínico, y sin trámite, por un simple malestar, le manda a hacer un estudio profundo, que revela un absceso pélvico que nadie ha explicado de donde salió, porque de la rodilla a la pelvis, quieras que no, hay un trechito más o menos.
Nuestro presidente, tan locuaz él, tan siempre dispuesto a ilustrarnos con su males hasta cuando le da diarrea, cae de pronto en un mutismo no usual, pero como quiera que pasaban días y más días y el hombre no aparecía, y tanto rojos como azulitos se ponían nerviosos, sale el hombre, que según su gente estaba sanísimo, a contarnos que está malito, que tiene cáncer, que estando en franca recuperación por el majestuoso furúnculo, en medio de los análisis descubrieron que tenía cáncer, es decir, que casi que de agradecer el furúnculo, porque sino, no se enteran, que le extrajeron el tumor, que sea dicho de paso también estaba abscedado (que casualidad) y que ahora está como una pepa, con su tratamiento, claro, pero como una pepa. Vamos, que esa vaina más que cáncer parece gripe.
La oposición, como ya dije, pilísimas y poco dispuesta a dejarse meter gato por liebre, da su diagnóstico… ¡Hugo no tiene un coño! Está (y aquí coincide con los oficialistas) como una pepa, y lo que se hizo en Cuba fue una lipo y un lifting, cosa que visto está no tuvo buen resultado, porque se ve más coñaceadito que nunca.
A esta teoría yo le pongo muchos reparos, porque vamos a ver, que Hugo usa puente es algo que sabe casi todo el mundo, y lo usa porque es un cagueta (eso también lo sabe casi todo el mundo) que no se anima a hacerse unos buenos implantes, que falta de dinero no es. Pero de pronto, esta cagada de pato hecha hombre, decide que se hace una reconstrucción total, se quita la barriga, la papada y se arregla los ojos. Esto último tiene tela, porque tiene unas bolsas que le llegan a la altura de los cachetes, y los cachetes a la altura de las tetas. Eso por no hablar del cuello, que lo carga como teta de perra parida.
Otra cosa que no cuadra son los videos, primero vemos a un Hugo casi en perfecto estado de salud, rozagante y fresco hablando con Fidel (el que tiene un dedo capaz de medir temperatura con décimas de grado) con un periódico en la mano, antes de 48 horas lo volvemos a ver, convertido en un fantasma, supongamos que lo maquillaron, pero ¿como se finge una pérdida de peso importante? Y para terminar de rizar el rizo, a los dos días, rozagante otra vez. Es decir, está gordo, pierde unos 15 kilos en dos días, y en dos días más los vuelve a ganar. Yo he escuchado del “efecto yoyo”, pero esto ya es ridículo.
Interesante también que unos pendejos que montan un rollo con una rodilla y olviden el detalle del bastón, de pronto se vuelven tan meticulosos como para maquillarle un moradito en una mano donde se presume que pudo estar una vía intravenosa para medicamentos.
En fin, a mi juicio, Hugo, no está, está el caparazón, no hay más que verle la mirada vacía y desesperanzada. A mi juicio Hugo está muerto, está el carapacho, pero Hugo, no está. Que resucite o no, eso ya es cosa que yo no sé, pero por ahora, no está. Claro, que también puede que lo tengan a punta de analgésicos muy fuertes, y por eso se ve ido, pero a veces le veo cara de: “ay, coño, coño, coño, esto lele mami lele”.
En todo caso, como estrategia electoral, está muy chimba por donde lo miren, remontar la popularidad a punta de lástima, no está resultando, cosa que ya tienen que saber porque lo dicen las encuestas. Ya pasó el tiempo en que la mona carga a su hijo, y si lo carga es por un ratico. El venezolano de a pie está en la onda de sentir lástima, sí, pero sí mismo antes que por el enfermito, y las razones le sobran: la salud están en el piso, la violencia es las calles es insoportable, las cárceles son un infierno vergonzoso, el dinero no alcanza, los alimentos no se consiguen, el empleo está más difícil de conseguir que el azúcar o el aceite, el tema de la vivienda ya no es crisis, es hecatombe, el problema eléctrico sigue sin solucionarse… y vamos a dejarlo así por falta de espacio más no de productos para exhibir.
El liderazgo opositor prefiere creer que efectivamente está como una pepa, no los culpo, la idea de que Hugo desaparezca irremediablemente del mapa político es aterradora, sabemos que la mayoría de los políticos de oposición, están donde están gracias a Hugo, a pesar de su repulsiva representación, porque entre el asco y el miedo, la gente prefiere el asco, así que ejercen aquello de “votaré con un pañuelito en la nariz”. Voto profiláctico, digo yo, vamos, como tirar con condón, a nadie le gusta, pero a veces no queda más remedio si se quiere conservar la salud.
La estrategia opositora, hasta ahora, se ha basado en convencernos de lo malo que es Hugo, cosa estúpida, porque el que a estas alturas ya no esté convencido, no tiene redención. Incluso, en esos escasos momentos en los que hablan de los problemas del país, lo hacen para señalarlos y nada más, que los hospitales no sirven, que las cáceles serían la envidia de los nazis, que la violencia callejera asesina diariamente a decenas de venezolanos… ¡que estupidez! Eso es hablar sobre lo sabido, todos sabemos lo que está mal, lo sufrimos a diario, mucho más que ellos, sea dicho de paso. Lo que no escuchamos es que alguno de ellos nos diga que esos problemas se arreglan así, asado o cocido, y que con ello nos de la esperanza de poder arreglarlo.
El asunto es que Hugo está jodido, ¿cáncer? ¿lupus? ¿gripe? ¡no sé! Pero está jodido, por vez primera se enfrenta a un enemigo al que no puede vencer ni con la fuerza ni con labia, la oposición está jodida, después de 12 largos años no logra coordinar ya no digo acciones, sino siquiera un discurso sensato, y nosotros estamos rejodidos, política y socialmente huérfanos. Tan jodidos estamos que nos entretenemos con los cuentos de perro cobero, más por darle a la sin hueso que por trazar una estrategia que nos saque del hueco.