Todos sabemos lo que pasa con las prostitutas cuando ya tienen cierto tiempo en la profesión. No es una profesión fácil para el cuerpo ni para el espíritu, los abusos sexuales, los trasnochos, el pisoteo constante de la dignidad propia, termina por pasar factura, al final terminan viejas, ajadas, eternamente cansadas y los mismos clientes que antes les celebraban y requerían terminan por rechazarlas. Luego no les queda más remedio que retirarse o quedar para dirigir a las nuevas prostitutas, mismas a las que se dedicarán a marchitar su frescura y a barrerles cualquier rastro de inocencia para que al final terminen igual, viejas, ajadas y sin clientes.
Me vino este mundo a la cabeza después de leer las declaraciones de Capriles Randonsky con respecto a PDVSA, y recordé aquél tiempo en el que con toda su juventud e inocencia asumió el cargo de presidente del congreso hace poco más de una década. Entonces escuché una frase que es bien corriente en el medio político, escuché que al muchacho “le faltaba burdel”.
Se nota que se tomó a pecho el asunto, y ha ejercido el oficio con pasión y profundidad, leerle las declaraciones fue la prueba, al menos para mí, que Capriles ha rodado bastante, que ha usado esa década para emputecerse a más no poder y ha cambiado la honestidad por las malas artes.
Recuerdo aquellos tiempos de Primero Justicia, ¿quién no? Aquellos tiempos en que los muchachos de amarillo, los justicieros, eran percibidos como un cambio, una esperanza, un aire fresco que anunciaba buenas nuevas en medio de la mierda en la que estábamos sumidos hasta el cuello.
Pero no, resulta que ni cambio ni aire fresco, es lo de siempre, después de un década en el burdel, el muchacho es ya puta consagrada, de esas que solo piensan como darle al cliente una satisfacción rápida y vacía, que lo deja preguntándose si no hubiera sido mejor tirarse un pajazo y ahorrarse esos reales. Una de esas que solo piensa en atender la mayor cantidad de clientes posibles y cristalizar su sueño de llegar a madama.
Así vi a Capriles, con su cara aún fresca y lozana, comportándose como el más ruleteado de los politicastros del burdel político venezolano, diciendo que protesta enérgicamente las sanciones que le ha impuesto EEUU a PDVSA ¿las razones? ¡la soberanía venezolana! Y en nombre de esa soberanía el señorito parte lanzas. Es que lo único que le faltó a Capriles fue decir que “La planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la patria”.
Hablemos de soberanía. Cierto es que Venezuela tiene todo el derecho del mundo de hacer negocios con quien le salga del nabo, pero el mismo derecho lo tiene EEUU, y si a EEUU no le da la gana de venderle o comprarle a Venezuela, meterse en esa decisión del gobierno useño ¿no es también una injerencia inaceptable? ¿es que acaso igual que Venezuela hace negocios con quien le da la gana no lo puede hacer EEUU?
Y no creo que un niño tan culto, como Capriles, no haya caído en cuenta en un asunto tan básico como ese, que no es más que lógica I, de esa que se usa para salir a la calle y que no te espachurre un carro. Es que el comentario era tan de Hugo, tan de gritarlo desde el balcón del pueblo, que la verdad, me llegué a pensar que se habían equivocado de foto y habían puesto la de Capriles donde debió ir la de Hugo.
Yo me pregunto si en un país donde las cosas se han hecho tan mal durante tantas décadas, y cuidado si no son centurias, realmente es necesario caer en algo tan arrabalero como el populismo demagógico que ahora se lleva al uso y que es producto de ese “burdel político”.
¡Que desconexión tan arrecha! La realidad es que un político, que no politicastro, que realmente esté interesado en el bienestar de Venezuela, no debería decir tanta babosada, sino lo que es real y sabemos todos los venezolanos, que esta es una barrabasada más de Hugo, que si bien Venezuela puede hacer negocios con quien le de la gana, por su propio bienestar debe hacerlos con quien le conviene, y puestos a elegir, como cliente, conviene hacerlos más con EEUU, que nos puede aportar mucho, a hacerlo con Irán, que no nos da un carajo porque es un país mísero, gobernado por una caterva de fanáticos para los que encima, nosotros no somos más que unos infieles despreciables.
¡Carajo! Es que yo entiendo que la política en los momentos actuales es un asco, entiendo que para meterse en ese mundo hay que dejar a un lado algunos pruritos, pero también pienso que si se va a ser puta, al menos que sea de las finas, de esas que solo atienden un cliente por noche, con lo que sacan la mitad del sueldo de más de una familia modesta y viven en apartamentos a todo trapo. Me parece bien triste ejercer el oficio solo para terminar vendiendo los “encantos” en cualquier esquina, o bar de mala muerte.
Y ese es el gran problema de Venezuela, que el burdel político venezolano es de bombillito rojo, un garito que solo es capaz de formar ficheras y nada más. Luego, los finales son tristes, pues en lugar de retiros honorables y dignos, solo quedan desdentadas, mascullando sus resentimientos y su “mala suerte”.
¡109 años Capriles! ¡109 años! Ya no se usa el balcón de pueblo, para eso está Twitter y Facebook, pero es lamentable que tú creas que 109 años solo nos han servido para cambiar el balcón, pero que puedes, cual Cipriano moderno, lanzar una proclama cargada de patriotismo barato como medio para aupar tu carreta política. 109 años, y que creas que en ese tiempo los venezolanos aún no somos merecedores de un amor sincero, ni siquiera de una puta fina, de esas que hoy llaman “escort” que aparte de polvo nos hagan pasar un rato agradable, 109 años, para que salgas tú a decirme, que como mucho nos merecemos una mamada en la puerta del bar.
Ojalá estos niños, recién entrados al burdel, y que han salido tan aventajados como alumnos, entiendan que somos muchos los que no queremos caras nuevas con vicios viejos, ojalá comprendan que el problema no son los vicios pasados, que todos hemos cometido errores, pero que… bueno, ojalá entiendan lo que dice Arjona en su canción, “dama no es la que se abstiene, dama es la que se detiene, cuando encuentra lo que tú encontraste aquí”. Capriles, de pana, tienes la preferencia de gran parte del pueblo ¿que necesidad tienes de andar ofreciendo mamadas en la puerta del bar?