Opinión

Puerta del Sol

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La señorita Thays Peñalver ha escrito un artículo muy interesante aparecido en El Universal, que ha titulado La idiotez a las Puertas del Sol, no le quito razón en lo que dice en cuanto a las exigencias de los “indignados”, pero comente ella quizá el mismo error que cometió el día de ayer el presidente Sarkozy cuando en la cumbre del G8 dijo que “los Gobiernos son los únicos representantes legítimos de la voluntad general”. ¿En serio? ¿cuales gobiernos? ¿cuál representación? Porque yo, que soy venezolana y española, no me siento representada ni por Hugo Chávez ni por Rodríguez Zapatero, aunque no dudo que sean bastantes lo venezolanos y/o españoles que sí se sientan representados.

En España hay razones sobradas para protestar, y no dudo que más de uno esté en Sol, sin que necesariamente esté pidiendo camelar el bolsillo de los contribuyentes.

Vamos a ver, imaginen a un señor trabajador, casado, con hijos, que ha pagado religiosamente sus impuestos y la hipoteca de su casa, y que hoy, gracias a la crisis, se ha quedado sin empleo.  Pertenece a esos más de 5 millones de desempleados que hay en España, su familia es una de esas de las 1.300.000 familias en las cuales ninguno de sus miembros tiene empleo, ha tenido que entregar su casa, porque no tiene con que pagarla y aún quedando sin techo, le debe al banco, vive con sus padres o suegros (es afortunado) y la pensión “del abuelo” no alcanza porque el señor Zapatero, que considera que es mucho gastar y hay que ahorrar, la ha recortado.

Este señor peregrina diariamente al comedor social de Cáritas para buscar un plato de comida para sus hijos, y en el camino, también a diario, ve “el despilfarro de día” que bien puede ser un dinerito dado a una ONG en Murcia que se dedica a cavar y luego rellenar zanjas, o 350 mil euricos para una “spa rural”, o digamos que un 1.300.000 euros, que no enriquecen ni empobrecen a nadie, para las feministas de Paraguay, que pasan mucho trabajo, las pobres y hay que ser solidario.  Puedo seguir con un montón de ejemplos, que no es que me lo estoy inventando, es que así se bota el dinero en España.

Ve también este señor como Bildu, nuevo brazo político de ETA, recibirá la bicoca de 17,5 millones de euros, en razón de los concejales conseguidos gracias a un Tribunal Constitucional que no le ve relación alguna a Bildu con ETA, y es que esos magistrados sumisos y politizados no ven lo que si ve el señor de nuestra historia, unos etarras que recién liberados de la cárcel les falta tiempo para hacer pancartas y proselitismo a favor de Bildu.

Y mientras todo esto pasa, nuestro protagonista, ve que el líder de la oposición no dice esta boca es mía, probablemente porque de estar él donde ahora está Zapatero, haría muy lo mismo.

¿De verdad que este señor no tiene sobradas razones para protestar? ¿no tiene razones para estar en Puerta del Sol? ¿no tiene argumentos suficientes para acampar?

Claro, ya sé, es que “esa no es la forma” ¿y cual es la forma? ¿que se hace? ¿a quien se le grita la desesperación y la indignación? ¿votando? Ya han votado… ¡no! Ya hemos votado, aquí y allá, hemos votado montones de veces, decenas de veces, para encontrar que da lo mismo quien mande, la izquierda, la derecha, el centro, se han convertido en copias idénticas que hacen lo mismo, regularnos, sofocarnos, fiscalizarnos hasta los aspectos más íntimos de nuestras vidas, y encima, para terminar la humillación, lo hacen con el mismo dinero que nos sacan de nuestros bolsillos.

En Puerta del Sol hay de todo, madres atemorizadas por el futuro de sus hijos, padres angustiados al no poder mantener su familia, jóvenes desesperanzados ante un futuro robado, y sí, oportunistas de oficio, que quieren montarse en la ola del descontento solo para capitalizarlo y con ello hacer lo mismo o peor que los que están ahora.

Y también puedo decir lo que no hay en Sol, no hay gente que honestamente quiera dirigir ese descontento para arreglar las cosas, no hay un partido político, un líder, dispuesto a pararse al frente y decir “yo os comprendo, tenéis buenas y sobradas razones para estar aquí, os reconozco como individuos, no como una masa amorfa y quiero proponeros que arreglemos las cosas, que volvamos al deber ser de la libertad y la democracia”.  Eso sí que no lo hay.

Por estos oportunistas de hoy en Puerta del sol, no creo que haya que preocuparse, pero sí que hay que hacerlo del apoyo que tuvo en su momento, no de quienes dan discursos panfletarios, sino de aquellos que salieron hartos, cansados, agotados y dolidos de su condición de moderna esclavitud.

A nosotros, los chambeantes, los currantes, los que pedimos, como dice la señorita Peñalver, “pasta” o “billete”, sí, lo pedimos, queremos que nos respeten NUESTRA pasta, NUESTRO billete, el que nos sudamos, el que trabajamos, ese del que nos despojan ilegítimamente por medio de la inflación y los impuestos abusivos que luego son usados en despilfarros clientelares.

Esta vez no pasó nada, y puede que la próxima tampoco, pero un día el hartazgo será demasiado, un día la retórica y política de “altura”, se tropezará con la realidad de hartura, y ese día… bueno, como decimos aquí en Venezuela. “cuando el llano coge candela, no hay palo pa’ encaramarse”, entonces, ese día, tendrán que cuidarse aquellos que dicen que “esa no es la forma”, porque la época de las buenas formas, habrá pasado.

No, en la Puerta del sol no hay estupidez, hay de todo, menos estupidez, hay rabia, hay dolor, hay desesperación, y hay también oportunistas, detestables y censurables, pero de lo que no nos podemos olvidar es que un oportunista necesita, por sobre todas las cosas, que alguien le haya dado la oportunidad, y esa oportunidad no la dio precisamente el ciudadano desesperado, sino una caterva de politicastros ladrones, que dirigen hoy los destinos del mundo, que se han convertido en una suerte de casta real, y que tienen el tupé de decir que son: " los únicos representantes legítimos de la voluntad general", como si la voluntad general fuera vivir desempleado, exprimido a impuestos, viendo como nos sacan dinero del bolsillo para regalarlo alegremente.

Entiendo que “esas no son las formas”, entiendo también que no son las reglas del “juego político” o el “juego democrático”, pero es que la verdad ya estamos cansaditos de jugar, y un día de estos, quizá no en Puerta del Sol, ni en Plaza Bolívar, cantaremos el GAME OVER.