Señor Roberto Smith, acabo de leer su propuesta publicada en Noticiero Digital.
Dice usted que un abrogatorio está pletórico de ventajas, que para empezar es democrático y protagónico, y como si fuera poco, es constitucionalmente contudente.
Claro, que tiene también su defectillos, como que hemos de recurrir, para ejercer el papel estelar y protagónico, a la protagonista del CNE, que a pesar de estar fofa y ser bastante lela, tiene la ventaja de colchonearse al director y ser querida del productor. Así que la otra protagonista, es decir, nosotros, a falta de putería no nos queda ni el papel de “caminante 1”.
Como si ya esto no fuera suficiente, requiere que unos señores (lo de señores es un decir) que no se ponen de acuerdo ni en la receta para freír un huevo, se pongan de acuerdo en quien va a hacer el papel de galán de la novela. Pero no requiere solo que se pongan de acuerdo, cosa que ya de por sí es difícil, sino que encima es menester que la bella y joven damisela que merece el papel de protagonista se deje besar por el galán, quien encima de tener aliento a ajo y cebolla, tiene la insana costumbre de desbraguetarse con cuanta zorra se le cruza en el camino.
Mire como están las cosas, que usted, seguramente con muy buena intención, mientras en el Sur del Lago un señor de 92 años dice estar dispuesto a dar lo que le queda de vida por defender su trabajo, nos habla de firmas y hasta dice de refilón que requiere enterrar el fantasma de Tascón…
¡Mala memoria! No, no es el fantasma de Tascón, son muchas otras cosas, ¿ya se olvidó usted? Se firmó una vez, pero es que eso no sirvió porque vuestros brillantes abogados no se dieron cuenta que la cosa tenía que ser en papel especial. Y se firmó de nuevo, pero tampoco, porque es que esas firmas eran “planas”, sin que jamás se entendiera muy bien que carajo era una firma plana y se firmó una tercera vez ¡y ahora sí! ¡ahora sí! ¡ahora sí nos jodimos!
Aquello fue la depresión general más grande nunca conocida. Era el firmazo, el reafirmazo y el Revocatorio, yo lo indexé en mi historia personal como el vergajazo, el revergajazo y el Gran Carajazo.
¿Tascón? ¡bueno! Pero es que de ese sabíamos que esperar, nunca escondió de que lado estaba, pero Señor Smith ¿usted sabe lo que duele una baja por “fuego amigo”? Porque uno espera tiro de los enemigos, pero no de los amigos.
Me pregunto si es que para ser político se pide ser muy cortito de imaginación, porque los políticos de este país, ante una dictadura, a saber han parido solo dos ideas, firmar y marchar, marchar y firmar. Cuando fallan las marchas, firmamos, y cuando fallan los firmazos, marchamos, lo único que les falta es que nos propongan firmar mientras marchamos, lo que ciertamente sería toda una novedad.
Señor Smith, a lo mejor usted no se ha dado cuenta, pero en este país no hay derechos desde hace tiempo, ninguno, no hay derecho a la propiedad, pilar fundamental de toda civilización, no hay derecho a la libertad de expresión, no hay derecho a juicio justo, y para hacerlo corto, no hay ni siquiera derecho a la vida.
Lo que tenemos son concesiones, mi casa, mi hogar, el techo de mis hijas, es mio hasta que el tirano le dé una puntada en el rabo y decida que no lo es más, igual mi negocio, mi dinero, y hasta mi vida. Yo puedo un día escribir algo que a Hugo no le guste y puedo ir a parar a una cárcel, y si tengo más suerte que la doctora Afiuni, es posible que me concedan hasta el privilegio de tomar sol, y quien quita que hasta me hagan la venia de no dejarme morir si me enfermo, pero repito, eso con suerte.
¿Y usted me pide a mi firmitas con todo lo antes expuesto? Mire ¿sabe qué? Para que no diga que lo mio es puro quejarme y no propongo nada, le hago una propuesta novísima, nunca vista en el mundo pues. Tranquilo, que no tiene que ver con sangre que se que a ustedes eso les da repelús, primero esclavos que heridos.
Le propongo que agarre ustedes a los señores de la MUD, que escosa fácil porque esa gente no habla, es MUDa, como todos sabemos, así que hablarles será fácil, no lo van a interrumpir, y me los convence a todos de llamar a un acto cívico facilito y de poco esfuerzo, porque no requiere de hacer nada ¡al contrario! se trata de no hacer, y a este pueblo, que somos más flojos que majarete caliente eso de una rebelión no haciendo, nos debe gustar. Y así juntitos, pegaditos unos con otros lo de adelante, y pescueceando los de atrás. Convocan a una rebelión fiscal, amparados en el articulo 350 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela: “El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos”.
¿Ah? ¿que le parece? Sin firmar, sin sangre, sin pedirle permiso a la Tiby, protagónico a más no poder y lo mejor ¡constitucionalisisímo! y… ¡espere, no llame todavía, aún hay más! Es que esto es como los infomerciales, de ñapa, sin sangre ni sudor.
Claro, esto tiene un inconveniente, el pueblo se puede dar cuenta que es víctima de una esclavitud algo extraña, donde es él mismo el que con su dinero mantiene al amo que lo martiriza, y aprendido eso el que venga va a tener que caminar derechito y por la goma, cosa que podría ser algo incómoda para usted o cualquiera que pretenda mandar en el futuro… eso puede ser un gran problema para esta propuesta, ciertamente.
Pero noooo se preocupe, que decía mi abuela que en esta vida todo tiene solución menos la parca (para mayor información llamar al citado Tascón), así que tranquilo, que siempre le queda la de convocar a una “Gran Marcha Firmanta”. Conmigo no cuente, sufro de juanetes democráticos y artritis libertaria.
P.S. No le contesto por Noticiero Digital, sitio propiedad de su familia y donde publicó su propuesta, porque he sido suspendida por “por intentar denunciar a ND por violación de sus derechos de propiedad intelectual luego que un forista publicara un artículo suyo” (Juan Smith dixit) y como usted y yo sabemos, en Venezuela tener la osadía de defender un derecho de propiedad, es cosa grave y duramente castigada. A donde llegaría la política de este país si a todo güelefrito le da por defender sus derechos de propiedad.