Opinión

Unas letritas para la Trini

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Querida Trini…

Lo mismo y a los demás les parece un abuso que yo, una simple ciudadana, te trate con tanta familiaridad, pero ¡chica! es que los tiempos son otros, y tú eres de los nuestros, el pueblo llano y trabajador, el proletariado.

En fin, que me enteré que algún rifirafe tuviste con el señor Anasagasti, que tuvo el tupé de decirte que en Venezuela hay presos políticos, y pone de ejemplo, nada más y nada menos, que la Jueza María Afiuni ¡válgame Dios!

Bueno, déjame decirte que como yo estoy en Venezuela porque soy tanto venezolana como española, estoy más al corriente del caso que el señor Anasagati, que ese no sabe nada de nada.

Pues bueno, mira, la cosa es así, la jueza Afiuni le dio libertad condicional a un señor que estuvo preso casi 3 años, sin juicio, y dicen las leyes venezolanas que no se puede tener a una persona presa tanto tiempo sin demostrar si es culpable o no. Cosas de la burguesía, Trini, cosas de la burguesía, eso hay que cambiarlo. Mientras impere la justicia burguesa, estamos jodidos ¡imagínate! ¿como es eso que no se puede tener preso el tiempo que sea necesario a un enemigo del pueblo?

En fin, volvemos con la jueza. Esta señora puso por encima el imperio de la ley a los supremos intereses del pueblo proletario ¡habráse visto mayor crimen! Y no puede aducir ignorancia, porque se le había dejado muy claro, claro clarito, los deseos que nuestro amado líder-caudillo-comandante-presidente, que como todos sabemos, son los deseos del pueblo, porque él es el pueblo, nos lo dijo muy claro: “exijo lealtad absoluta a mi liderazgo, yo soy el pueblo” (El Universal, 23/01/10), y ya nuestro líder nos había dicho que no quería que ese señor saliera de allí.

Sin embargo esta jueza, desafiante con los deseos del pueblo, es decir, del comandante presidente, prefirió apegarse antes a las leyes que a los sacrosantos deseos de “el pueblo”.

Para no dejar lugar a dudas de la pureza de las intenciones de la revolución, le hemos mandado con un juez sobre el que no hay sombre de duda en cuanto a su ánimo revolucionario, es más, elegimos a uno que hubiese declarado su fidelidad, de viva voz, al comandante, que es lo mismo que decir al pueblo.

Es cuando esta mujer insolente y delincuente, dice que ese juez no es imparcial dado su juramento público de fidelidad a nuestro comandante, como si el pueblo y el comandante fueran cosas distintas. Pero nuestro fiel y justo juez, que es un revolucionario como pocos en cuanto a ecuanimidad y buen juicio, se tomó la denuncia de la jueza en su contra, él mismo la enjuició y encontró que no, que el estaba perfectamente capacitado para darle a la jueza Afiuni un juicio justo e imparcial.

Como los defensores de esta señora eran muy necios, los retiraron y se le asignó un letrado de oficio, que le defendería muchísimo mejor.

Pero nada, que la tía es una insolente, que no hay forma oye, tiene unas pretensiones que la verdad asombran, no es solo que quiere un juicio justo, y que se niega a aceptar los deseos de nuestro comandante, que son los deseos del pueblo, sino que esta mujercita infame pretende que como le salieron unos tumores en el pecho, que se le permita tratarse con un médico de su confianza ¿te das cuenta a donde llega el abuso de esta mujer?

Por supuesto, el corazón de un revolucionario es noble y como esa mala pécora decidió declararse en rebeldía, apegándose al artículo 350 de la Constitución venezolana, nuestro revolucionario y humanista juez le dijo que se comportara, que se dejara juzgar, y a cambio él le permitiría ser vista por un médico… ¿se puede ser más noble en esta vida?

Trini, cariño, haces bien en no creer a nadie lo que te digan, tratan de confundirte. No le creas a la ONU, ni a las organizaciones pro derecho humanos que han solicitado que se libere a esta señora, ella está presa con todas las comodidades, mira, tiene un teléfono, está en un amplísima celda que tiene dos camas ¡dos! Y estas dos camas las comparte con apenas dos compañeras, que, oye, a mi me parece que dos camas para tres personas está muy bien, así están más unidas.

Como está presa en el mismo sitio donde ella mandó a meter a muchas delincuentes, pues no la podemos dejar salir de la celda, no sea que nos la maten y luego nos acusen de quien sabe que trato inhumano, ya sabes como habla tonterías la gente, pero en su celda tiene un televisor, sin señal, claro, pero es que tampoco hay que darle tanto lujo. Y es que por tener tiene hasta cocina, porque como no puede salir ni a comer con las demás reclusas, le dejamos que se cocine ella misma su comida.

Por cierto, se estuvo quejando porque en el juicio que se le sigue se le mandó una citación por medio de la prensa, y así se hizo porque el tribunal que le juzga no sabe donde está ella, que dime tú ¿acaso porque alguien esté preso y bajo custodia del estado, el estado tiene que saber donde está? ¡quejarse por quejarse!

Esa mujer es ruin, mala, pero mala, oye, muy mala, mira que pretende manipular con eso de los tumores, pero Trini, amiga, tú y yo sabemos, como compañeras de género de esa infamia andante, que las tetas tampoco son nada vital para vivir ¡Que siga presa! Que ya el juicio y la sentencia se hizo en cámaras de televisión, delante de todo el mundo, cuando nuestro comandante-presidente-lider-caudillo, es decir, el pueblo, la sentenció a 30 años de prisión.

Bueno, no te quito más tiempo, Trini querida, se despide de ti una proletaria, camarada, y compatriota,

Ernetinas Mogollones

P.S. Disculpa que no use mi nombre verdadero, pero es que como hay personas presas por decir cosas que no han agradado al “pueblo”, pues no sé que día se me va la pinza y termino presa yo, pero ojo, que esos no son presos políticos. Si puedes hazme un favor, dile al Juez Velazco que por aquí no asome el hocico, porque si Oswaldo Álvarez Paz estuvo preso por comentar su sentencia, a Velazco, mínimo, le damos pena capital ¡por ofender al “pueblo”!