Opinión

El chavista aspirante a burgués de espíritu suicida

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Hay chavistas que lo son porque están mamando de la teta revolucionaria, y si así llueve, que no escampe, otros son chavistas porque en realidad se los come el reconcomio, y no es que quieren mejorar, es que su reconcomio los lleva a querer que todos estén tan jodidos como ellos, hay chavistas que lo son por puro gilipollas, por idiotas, por tarados, vamos, porque la mollera no les da más que para funciones básicas, a saber, comer, beber, dormir, cagar y mear.

De estos últimos voy a hablar, porque hoy leí a uno que… ¡bueno! Es que francamente, dicen cosas que lo dejan a uno sin palabras. El hombre está molesto porque quiere un crédito y la revolución bonita no se lo da, cuando le dicen que si le dieran el crédito seguro se ponía la franela roja de nuevo, entonces el contesta… oido al tambor, que esto es de fábula, miren lo que contesta el “socialista”: “si a mi me dieran un crédito yo produciría para que tú comieras”.

¿Ah? ¿como les quedó ese ojo? Como diría mi amigo Azpúrua ¡báilame ese trompo en la uña!

Resulta que el señor, socialista a carta cabal, quiere un crédito para poder convertirse en un burgués corriente y moliente, para hacer lo que hace todo capitalista cochino ¡producir! En dos palabras im-presionate, Jesulín de Ubrique dixit.

Porque resulta que todos los que no queremos ser socialistas lo que queremos es eso, producir, producir para nosotros, claro, pero como no nos podemos comer todo lo que producimos, además no tendría gracia, producimos para que otros consuman, y en el colmo de ese egoísmo asqueroso y vil, encima, somos tan, pero tan ruines que hasta creamos fuentes de empleo, para que otros ganen dinero ¡que asco!

Porque un capitalista del campo lo que quiere es sembrar ¿para qué? Para vender el producto de su trabajo y tener una mejor vida que le permita progresar, ese es el objetivo primario, pero para conseguirlo ha de producir un bien y venderlo, y tendrá forzosamente que darle de comer al que le vende las semillas, los abonos y fertilizantes, y al que fabrica tractores, y al obrero que habrá de contratar, en pocas palabras, para poder lucrarse tiene que darle de comer a un carajazo de gente, ergo, darles de comer a los demás.

Como remate, si quiere semillas de buena calidad, no puede “explotar” al que las vende, ha de pagar un precio justo. Y al obrero, si quiere que sea esmerado en su trabajo y que no lo robe, ha de pagarle un buen sueldo, porque sino se le va y busca chamba en otro lado, lo cual, desde un punto de vista meramente egoísta, no le conviene.

Él, por su parte, pondrá en marcha su conocimiento, su saber en el oficio, y buscará convertirse en un clase media que busca para sus hijos un futuro mejor que el que él mismo tuvo, en dos platos, convertirse en burgués.

Pero ahí no para la cosa, en mis vuelos poco frecuentes por aporrea(2), me consigo a otro socialista, este lo que le pide a la revolución es que simplifique los trámites a la hora de montar un negocio, dice que no es posible que pidan tanta vaina para abrir un simple negocio que no se sabe si va a funcionar o no, en pocas palabras, le pide al estado que no sea metiche, que no ande metiendo sus narices en lo que no le importa, que si un tercio quiere montar un negocio, que lo deje que lo monte y ya está, sin tanto impedimento. Es decir, le pide al gobierno que se haga más pequeño… en dos platos, que no joda tanto y que le permita ser un pequeño burgués, que es lo que en realidad quiere.

Y estos tercios, que lo que en realidad quieren es ser unos burgueses, como lo queremos todos, apoyan un sistema que JAMÁS les permitirá ser burgueses, porque eso es despreciable y así lo han hecho saber.

Pero ellos que son tontos del culo, aspiran a ser burgueses algún día, andan por ahí gritando a voz en cuello “muera la burguesía”. Piensan que un burgués vive del cuento y la melodía, y hasta le guindan el remoquete de “boliburgueses” a unos tipos que son simples choros, y por ser choros no pueden ser burgueses, porque un burgués basa su burguesía en lo que produce, no en el robo y el saqueo.

Me cuadran con el bobo que le pregunta a su madre “mami ¿que día nací yo?”, “el 5 de julio, cariño”, “¡ay! ¡que bonito! el mismo día que se celebra… ¡mi cumpleaños!”

Y yo me río, pero no me juzguen, no es burla, es una risa nerviosa, no porque sean tan estúpidos, sino porque son tantos ¡que da miedo!