Opinión

El venezolano pobre no es socialista

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Estimado amigo, te he visto por ahí lamentando tu creencia de que habiendo pasado por los efectos funestos del socialismo, hoy el pueblo venezolano abría dejado de serlo. Lamento decirte que estás ciertamente equivocado, te equivocas al pensar que te equivocas.

Fíjate que cosa más rara tiene el socialismo, que sus primeros propulsores no son quienes lo necesitan, sino personas “bondadosas” que se preocupan grandemente por los demás sin haber estado en su lugar. No conocemos grandes revolucionarios que conozcan, por haber sufrido en carne propia, las crueles garras del capitalismo, sino que son mayormente niños mimados que en su vida no han pasado necesidad alguna.

Empezando por el nefasto “Ché” Guevara, hijo de una acaudalada familia argentina, el mismo Fidel, que no pasó jamás trabajo alguno y pudo educarse en los mejores colegios y universidades del mundo, tienes edad para recordar a otros insignes revolucionarios, como Jane Fonda o Patty Hearts, y eso por no nombrar al mismísimo Marx, que lo que se dice humilde y trabajador, no era.

Esto no presenta solo a nivel de los “grandes” sino que ocurre a nivel social, así la clase media, la que se ve, la que mueve, la que genera matriz de opinión, vamos, la que hace bulla ¡es socialista!. En parte porque no sufren tan duramente los rigores del socialismo, y en parte por una suerte de culpa social que los lleva a “preocuparse por los pobres” pero de una forma tan egoísta que no hacen más que sepultar eternamente a los pobres en su pobreza.

Palabras, voy a ilustrarlo un poco para darle profundidad a esto. Hablemos de los hospitales, si tocamos este tema saldrán por montones los defensores de los hospitales públicos, toque usted el tema de los hospitales públicos, y verá como se rompen lanzas porque “los más pobres tienen derecho a ser atendidos con dignidad”, y visto así el argumento, hasta noble es, pero no resiste una miradita detenida.

Empecemos porque los “defensores” de los hospitales públicos, no son aquellos que los necesitarían, sino precisamente aquellos que jamás usarían un hospital público, puesto que tienen con que sufragar su atención médica en un sitio privado, donde por supuesto la atención siempre será muy superior.

Por otro lado, defienden, creyéndose el no va más de la solidaridad social, un sistema de salud público, que por muy bien gerenciado que esté, no será jamás de igual o superior calidad que el privado. La razón es muy simple, un hospital público no requiere de ser competitivo, no ganará más dinero por atender mejor, un médico no tendrá un beneficio para sí mismo por atender más pacientes y hacerlo bien, una enfermera no ganará más por ser mejor profesional, no tiene riesgo de perder “clientes”. De hecho, es que una enfermera que sea buena enfermera, se verá castigada, puesto que es probable que por ser buena tenga más pacientes, y eso se traduce en más trabajo por el mismo sueldo. En pocas palabras, no sólo en el tema de la moneda el sueldo del trabajador se va al garete.

El socialismo genera una competitividad inversa, el trabajador hará siempre su mejor esfuerzo en hacer su peor esfuerzo, pues es la única forma de hacer su trabajo rentable, por supuesto en detrimento del usuario/consumidor

Y eso es lo que “los hijos de papá” del socialismo quieren como acto de solidaridad para sus hermanos los pobres ¿A que cagan de lo puro buenos que son?

Sin embargo, mi admirado capitán, quien padece realmente en toda su crudeza las consecuencias del socialismo, no puede pensar igual y es aquí donde cometes el error.

Vaya usted, amigo mío, a cualquier barrio de Venezuela, y verá señoras que entran a una bodega a comprar y al saber el precio de algo dice: “noooo, portu, pero si los buhoneros lo venden en tanto, no seas ladrón chico” a la par que dejan la mercancía en la caja. Esa señora, que muy probablemente tenga un nombre con Y y de segundo nombre lleve el Coromoto, seguramente no sabe quien es Adam Smith y que crea que Milton Friedman es la marca de una levadura, pero esa señora sabe perfectamente ejercer su soberanía del consumidor, aunque nunca haya escuchado el término.

Verá usted como los buhoneros suben y bajan precios dependiendo de la disponibilidad del producto, y como se asocian para contratar servicios de seguridad a fin de hacer que sus clientes se sientan más protegidos a la hora de comprar, y hacen eso aunque no tengan idea de que es la ley de oferta/demanda y no sepan lo que es el valor añadido o plusvalía.

Ahora, vaya y pregunte a ellos su tendencia política, le dirán que son socialistas, o al menos “socialalgo”, porque la verdad cierta es que no tienen el conocimiento académico, que no es lo mismo que no tener el conocimiento empírico.

En estos días, feriados obligatorios, ocurrió algo muy curioso, debe ser Venezuela el único país del mundo donde la gente se molesta porque le dan días libres, al menos en las zonas deprimidas, tienen su razón, para ellos no trabajar un día, es un día menos de sustento, y es que ellos saben que solo aquello que produzca por sí mismos, es lo que les puede mantener.

En resumen, el pueblo llano, el pobre, el desposeído, es liberal, lo es por necesidad, lo es por experiencia, pero no sabe que lo es, de ahí la importancia de que los liberales dejen las finuras que les son tan propias, salgan un poco de las academias, de las citas cultas, y se pongan las alpargatas un rato, que aunque si lo que gusta es la palabra “social”, la usemos, por mucho repelús que nos dé, porque hemos de entender que lo importante no es el color del gato, sino que cace ratones.

Alguna vez me han preguntado como me hice liberal, es pregunta de difícil respuesta, no te haces liberal porque lees mucho, sino porque vives, cuando la experiencia te dice que lo mejor para ti es producir y que producir solo es posible en libertad, cuando entiendes que el valor de una moneda no puede ser impuesto por decretos bien intencionados, sino por el mismo mercado, cuando piensas que tienes derecho a asumir las riendas de tu vida, porque es la única forma de usufructuar tus triunfos, aunque implique sufrir tus fracasos, cuando te rebelas porque crees que tú y solo tú sabes lo que es bueno para ti, y no sabes que eres, pero sabes que lo que crees es lo correcto, y un día te llega un libro a las manos, y “eso” resulta que tiene nombre, pero el nombre no lo hace distinto. Si le cambias el nombre a una rosa, no deja de oler a rosa.

En resumen amigo ¿para quien es su mensaje? ¿para la clase media con remordimiento social? ¿para esa clase media que siente vergüenza de estar mejor que otros? ¿para el pueblo llano al que la sociedad le importa un carajo y lo que quiere es vivir bien?

Soy liberal, creo que a estas alturas lo saben todos, y me preguntan como se habla de liberalismo en los barrios, como si fuera misión imposible, y sin embargo, yo he hablado de liberalismo en El Valle, en Coche, en San José y no he encontrado resistencia. Concluyo que lo malo no es quizá el mensaje, sino el mesajero.

¿Por que un niño de padre pobres no puede ir a al mismo colegio que el hijo de uno con recursos? ¿Que igualdad chimba es esa que obliga a un pobre a educarse peor que a un rico? Lo justo es que los colegios sean todos privados, y que el dinero que usa el estado para subsidiar los colegios se use para subsidiar a quien realmente lo necesita, el estudiante. ¿Cuanto cuesta el mantenimiento de un colegio público por estudiante? Escuché apenas hace dos días que al Liceo Fermín Toro le metieron hace un año 5 millones, y este año 4 millones 600, eso solo en reparaciones y remodelaciones, hay que sumarle el mantenimiento ordinario. Si dividimos esa suma entre tantos estudiantes hay en ese liceo ¿no daría para pagarle los estudios a un muchacho en un colegio de los mejores? ¡Oh! ¡he hablado de privatización en un barrio! Y no me han linchado ¡que sorpresa!

No, amigo, sus criadillas, bolas o cojones, no se han embarrado, lo que pasa es que usted está viendo desde el balcón que no es. La clase media es socialista, porque cree que eso es lo bueno y lo decente, porque ser socialista es ser bueno y misericordioso, el socialista por “el que dirán”, pero en los barrios, que es donde se bate el cobre, el socialismo es de boquilla, pero no dude un minuto que al ofrecerles las virtudes del liberalismo, le dejan el pelero al socialismo sin mucho trámite.

Lo único que quieren socializar los pobres de este país, es el capitalismo.

Por eso estoy pensando en fundar mi propia organización, Pueblo Autónomo Libertario Organizado y Social (PALOS) para darle PALOS por ese rabo a todo el que pretenda que el pueblo se sepulte en la miseria conformista y mediocre del socialismo, y el social… bueno, cosa de mercadeo, como la palabreja parece que gusta…

Por una educación privada de calidad para TODOS los niños de Venezuela vota a ¡PALOS!

Para clínicas privadas para TODOS los venezolanos vota a ¡PALOS!

Para que puedas montar tu negocio y prosperar vota a ¡PALOS!

Contra la dictadura del socialismo ¡PALOS!

¡PALOS pa’ todo el mundo, la libertad invita!

Vale, ya está bien, me puse payasa, seria de nuevo.

La Libertad se ama como ama un hombre a una mujer, no importa que no sepa su nombre, le da lo mismo que se llame Dulcinea o Petra Sinforosa, su nombre no hace que la ame más o menos, la libertad es una mujer, es madre, es esposa, es hermana, la que guía al pueblo a través de las dificultades, de la injusticia, de las desigualdades, caminando con paso firme sin importarle si la dureza de las batallas le rasgan el vestido, dejándole con las tetas al aire, no deshonra su desnudez porque toda ella es virtud, ella es la madre que se levanta y lucha por el futuro de los hijos, es la hermana que ama y y aconseja al hermano, es la esposa que defiende el honor del marido, es la hija que se crece en el cuidado de sus padres, es la dama en la sala de la familia, es la mujer sensual en la habitación del marido, es la ternura en la cuna del hijo… ¿de verdad es importante que sepan como se llama? ¿Es ella acaso menos porque unos cuantos la desprecian en nombre del que dirán?