Opinión

Y los que no quieren que se jodan… ¡que se jodan también!

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Diría mi padre que guindando tienen unas cosas que parecen bolsas y al revés, bolsas otra vez.

Bien, resulta que hace algunos días escribí un tema titulado “¿Ahora? ¡ahora que se jodan!” donde decía que los chavistas que sufren los abusos de la revolución se los tienen bien merecidos y deben apechugar con ellos sin esperar nuestra ayuda.

¡Bueno! Aquello fué de pronostico, en el foro de ¿oposición? ¿venezolano? Noticiero Digital, aquello me costó casi 100 páginas de insultos de personas que reprobaban totalmente mi actitud, por ser miserable y egoísta, ya que al perecer yo no era capaz de entender cosas fundamentales:

  1. Que esa gente no tiene la culpa de cuanto hace, pues es la ignorancia lo que les lleva a abusar de sus semejantes.
  2. Que aún cuando supieran lo que hacen, lo justo y correcto es que sean perdonados en nombre de la paz social.
  3. Que esas personas, que son delincuentes pero que lo son por ignorancia y candidez, y que aún cuando no lo sean por eso deben ser perdonados en nombre de la paz social, deben ser tratados con deferencia con respecto a sus víctimas, pues no debemos olvidar que esta gente bien puede sumarle votos valiosos a la oposición.

Pues bien, dado todo esto, a mi se me ocurre que rodas esas personas que se criticaron mi mala actitud deben ir ahora a Caruao y decirle a los octogenarios padres de la periodista Valentina Quintero que ellos son unos malparidos, que la actitud que tienen es muy coño e’ madre y egoísta, que ellos tienen que ir con los invasores, en primer lugar entendiendo que esa gente es muy buena y que lo que hicieron, incluido el amenazarlos con convertirlos en chicharrón, es producto de su inocencia e ingenuidad, vamos, que no son malos, solo tontos y que por consecuencia no hubo ninguna mala intención.

También deben ir y convencerlos de que no se olviden de votar por la oposición, que ese es el único pago que se les pide por otorgarles el derecho absoluto a robarse el trabajo de toda su vida.  Recordarles de paso, que no van a tomar represalia alguna, que no van a pedir la restitución de su propiedad, que ellos dan eso por perdido con toda la buena voluntad, y que ese es el aporte que realizan en nombre de la paz social.

¿No les parece justo? Porque eso fue lo que me dijeron a mi que es lo justo y lo correcto, que las personas deben sacrificarse por la paz social, por conseguir votos en contra del tirano, y que además, esta gente es más buena que el pan y que lo que hacen lo hacen porque es que son muy tontos, pero no malos.

Yo estoy esperando que todos esos rependejos que me dijeron eso a mi, que se lo digan ahora a los Quintero ¡vamos! Pa’ luego es tarde.  También estoy esperando que sea a ellos a los que les toque ser el pasto de la barbarie, que sea a ellos a los que un día se les metan en sus casas, que les amenacen con meterles candela a sus cuerpos, y que les roben lo que les ha costado trabajo… para yo salir entonces, como hicieron ellos, en defensa de sus victimarios, argumentando las mismas razones que ellos me dieron a mi.

Porque si a ellos les pareció justo antes cuando se trataba de otros, tiene que parecerles justo después, cuando se trate de ellos, y entonces, yo les diré lo mismo que dije antes, porque yo sí que soy consecuente con lo que digo ¿Ahora? ¡ahora se joden!

¡Ah! Pero resulta que todos estos infelices, ahora ponen cara de compungidos, censurando lo que les pasa a los Quintero ¿que les parece?

¡No sean hipócritas! Tengan los cojones de mantener ahora lo que dijeron antes, ¿hay cojones o no hay cojones? Digan con respecto al caso de esos viejos lo mismo que decían hace menos de un mes.

¿Que pasa? ¿El caso de los Quintero les da piquiña porque les recuerda lo que cerca que estamos todos de ser víctimas de la barbarie roja? ¡PUES SE JODEN! Se la maman, igual que nos la mamamos todos, se joden, como nos jodemos todos.

Yo lo más que puedo hacer es recordarles todos los buenos motivos por los cuales no deben sentirse mal, puedo recordarles que no lo hacen porque sean malos, sino porque son muy inocentes, que deben afrontar su pérdida con resignación, porque ese es su aporte en nombre de la paz social y que en vez de molestarse con los victimarios, mejor les invitan un café y les muestran una papeletas para que vean como es que se vota por la oposición.  ¿Del resto? ¡PUES SE JODEN!