¡Un comunista!, eso sin duda, otros le ponen el título de científico, algunos otros el de agrónomo, a mi juicio, un loco comunista que soñaba con sembrar trigo en invierno, nada más, y la más grande vergüenza para el pueblo ruso. Para entender a Trofim Lyssenko hay que entender primero que era un fanático comunista, y como tal convencido de la dialéctica Marxista, según la cual todo viene determinado por el entorno y nada más. En el mundo en que vivimos, a un científico o a cualquiera, observando la realidad se le ocurre una teoría de porque es así la realidad, es decir, se “inventa” una teoría que explique plausiblemente la realidad. En el mundo comunista es al contrario, existe la teoría, la dialéctica en este caso, y fuerzan a la realidad a ceñirse a esa teoría. Más o menos, es para que entiendan, me he tomado algunas licencias. Las teorías de Mendel, claro que no se ajustan a la teoría de que TODO se debe a el entorno, pues exponía que la carga genética tenía un fuerte peso en el asunto, a Lyssenko, como ya dije, comunista fanático, eso no le convencía, porque no cuadraba con la dialéctica, así que el dijo que en realidad las cosas eran como eran porque el entorno así lo definía, y si el hombre llegaba a conocer cuales eran las características de ese entorno, podía manejar todo a voluntad. Así pues, de una semilla de papa crece una papa porque el entorno así lo define, si llegamos a conocer todas las circunstancias que intervienen, tranquilamente podemos sacar un pepino de una semilla de papa, y como digo pepino puedo decir un elefante. Lyssenko, en circunstancias normales no hubiera pasado de ser un charlatán, pero dentro del régimen leninista, que perseguía a cualquiera que desafiase los postulados marxistas-leninistas, y siendo que, claro, las leyes de Mendel lo hacían, Lyssenko llegó a ser miembro destacado dentro del mundo “científico” soviético, y ocupó algún cargo importante dentro del Ministerio de Agronomía. ¡Un burro dando clases!, algo así como si pusiéramos a un ignorante que no sabe que para adelantar la hora hay que atrasar los relojes al frente del Ministerio de Educación, si no sabe como se pone en hora un reloj, ¿como pretender que sepa poner en marcha el sistema educativo de todo un país? o lo que es lo mismo, que pusiéramos a una idiota que no sabe de la importancia de la leche para el crecimiento del os niños al frente del Instituto Nacional de Nutrición, o al un tarado que no sabe cual es la capital administrativa de Brasil a cargo de la cancillería nacional, o de presidente a un… bueno, creo que ilustré el punto. El termino Lysenkoismo se usa hoy para señalar cuando la ciencia se somete a la fuerza política. Nuestro país, lamentablemente está Lysenkoizado. ¿De verdad quieres dejar el futuro de tus hijos en esas manos?