Opinión

Cambalache

Hace unos 10 años, ubicarse dentro de un plano ideológico, bien fuera político, religioso y hasta esotérico, era más o menos sencillo, pero pareciera que nuestra clase ¿dirigente? están muy anotados con la globalización, al punto que las fronteras ideológicas, las han borrado.

Antes, en política, había dos bandos en los extremos, en el centro la cosa se podía hacer mas o menos difusa, pero los extremos estaban claramente delimitados, podías ser comunista o fascista.

En esencia estás dos políticas son muy parecidas, pero diferían en asuntos puntuales que las diferenciaban claramente, en el asunto económico, principalmente, el fascismo va hacia una economía más o menos libre, mientras que el comunismo va hacia una economía totalmente estatizada.

Por otro lado, el comunismo tiende al borrado de las fronteras de los países, buscando la internacionalidad, eliminando la identidad nacional para lograr una nueva identidad más universal, mientras el fascismo, el nacionalsocialismo, busca precisamente lo contrario, exaltar la identidad nacional, vamos, que básicamente uno es endógeno y el otro exógeno.

Del resto, todo igual, las misma porquería, supresión de los derechos civiles, políticos, y usualmente con un modelo de caudillismo.

Hasta ahí más claro o cantaba un gallo, pero resulta que ahora me vienen con el cuento que no, que se puede ser un comunista de corte fascista, vamos, el agua seca pues o como diría CAP, ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario.

Si vamos al tema religioso, también estábamos claros, estaban los cristianos, los judíos, los mahometanos y los budistas, por nombrar solo a las 4 más grandes.

Los cristianos, subdivididos a su vez en varias corrientes, van generalmente a su bola, tienen por misión expandir lo que ellos creen la verdadera fe, pero no es obligado, si quieres te metes y si no, pues no.

Los judíos por su parte, pues se consideran el pueblo elegido, así que ellos son ellos, tampoco tienden a imponerse en su fe, principalmente porque o naces judío o naces gentil, es decir, no judío, no hay mucho que decir, también van a su bola.

Los budistas, pues, esa es una religión principalmente pacifista, creo que los más, y ello a lo suyo, te gusta te metes, no te gusta no te metes, si quieres saber del asunto recurres a ellos, no evangelizan como los cristianos.

Y por último, los mahometanos, que esos si que son crudos, ellos tienen La Yihad o guerra santa, que es más o menos lo mismo que la evangelización cristiana, pero a juro, tienen  por misión expandir la verdadera fe (la de ellos, claro que no puede ser otra) y si no se dejan convertir, pues entonces esclavizar, para ellos están los que creen y los que no, los que creen son fieles, y los que no, infieles, y dentro de los infieles hay un tipo específico, los cruzados, que son al parecer especialmente malos.

En todo caso, un infiel, es malo por definición, es impuro, y claro está que no quieren cuentas con los infieles, porque los pueden contaminar.

Pero ahora resulta que los mahometanos hacen alianzas con los comunistas, que son infieles y si los contaminan, pues se aguantan como los machos.

En el plano esotérico, pues estaban los templarios, los masones, los gnósticos.

Apartando a los templarios, los demás tenían por norte la consecución del conocimiento, lo que era lógico si tomamos en cuenta que nacen en una época donde el conocimiento era privilegio de una elite y eran sociedades secretas porque a más de uno lo convirtieron en chicharrón por saber más de lo que se suponía que debía saber, así que no era cosa de andar por el mundo dándoselas de sabio.

El caso específico de los templarios, pues su misión era custodiar los tesoros que fueran conseguidos en guerras y conquistas y según cuenta la historia negra, custodiar la línea de los descendientes de Cristo, vamos, servicio de transporte de valores y guardaespaldas a la antigua, algún Papa cuyo nombre se me escapa, decidió en su momento que estaban “agarrando mucho bueno”, y disolvió a los templarios, previo decomiso del corotero que tenían, por cierto, muy valioso.

En todo caso, ninguno de ellos tiene sentido hoy día, porque ya ni achicharran gente por saber mucho ni se anda por el mundo apoderándose de botines, al menos no como antes, ahora es todo más “decente”.