Con frecuencia se dice que el problema de Venezuela, es la ignorancia, yo diría más bien que es la carencia de sentido común y el repetir como loritos lo que escuchan.
El otro día, en el supermercado, escuché una frase de antología, y lo peor, una frase muy común, “el gobierno de xxx fue muy bueno, porque el impuso muchos controles de precios”.
Como para el común de los mortales un control de precios es bueno, pues resulta ser una medida popular, que no es tal, es más bien populista y sumamente perjudicial precisamente para quien primero la aplaude, el pueblo.
Los controles de precios, son en el corto plazo, desastrosos, desincentivan la producción, generan escasez y desempleo, lo que termina en que poco importa que el precio del producto este controlado, el pueblo no tiene forma de acceder a el, bien porque no tiene dinero para adquirirlo o sencillamente porque el producto no se encuentra en el mercado.
En estos momentos existe una gran carencia de muchos productos, todos básicos, leche pasteurizada, azúcar, sardinas enlatadas y frescas, huevos, caraotas, pollo, carne vacuna, y seguirán desapareciendo productos.
¿Cómo se soluciona esto?, simple, dándole libertad al mercado, levantando los controles, y es esa la única forma de promover realmente los buenos precios, y la abundancia de productos.
El problema con la carne es simple, al carnicero le llega la carne a 10.800, pero esa carne hay que limpiarla, se le sacan los huesos, que pesan mucho, hay que eliminar el grueso de la grasa, una vez que se hace esto, entonces la carne ya ronda los 13 mil, a eso hay que sumarle el costo de alquiler o condominio del local donde se expende, empleados, luz, el costo de mantenimiento y depreciación de los equipos de conservación.
Entonces, ¿Cómo se supone que los carniceros puedan vender la carne a 11 mil y tanto?, y suponiendo que lo hicieran, llegará el momento en que será imposible hacerlo, se quedarán sin dinero para pagar empleados, ni local, y finalmente, se quedarán sin dinero para comprar carne, y si no la tienen, no la pueden vender.
Al final, lo que fué tomado como una “excelente medida gubernamental”, termina en carias personas sin empleo, y por lo tanto sin dinero para comprar carne, ni a precio libre ni a ninguno, un comerciante quebrado en las mismas circunstancias, y “el pueblo”, sin carne.
Y me pregunto lo de siempre, ¿Dónde esta el beneficio de los pollos beneficiados?